Cuando de pronto, desde abajo, aparece tu recuerdo pretendiendo.
Y en eso valoro el pasar del tiempo.
Esa distorsión de distancia de los hechos que hace que te vuelvas lo que eres para mi lado vulnerable:
una tierna figura de una dimensión perdida suave como una nube y amable en tus tembloros escalofríos de tímidos ojos de sereno buey.
Me alegro de poder recordarte así, bueno de punta a cabo y brillante como aparición.
Desde lejos, desde lo lejos que se pueda estar, te pienso y te pienso y te amo.
Y lo mejor de todo: de lejos.